Coloquialmente y en sentido figurado, “Zombie”
se ha usado tradicionalmente además del “muerto revivido” para designar a
aquella tarea o entidad que realiza de forma mecánica su trabajo como si
estuviera privado de la voluntad.
En el ámbito sanitario reconocemos tres tipos
de sucesos que identificamos rápidamente como nocivos para llevar a buen
término el proceso de salud-enfermedad, cuya corrección sabemos que nos ahorra
tiempo y dinero.
1. Los pacientes que viven
su enfermedad de forma pasiva, dejándose llevar por el sistema.
 
2. Aquellos
trabajadores que por circunstancias han arrinconado su vocación que aunque
latente permanece escondida y hacen sus tareas con aparente “no implicación”.
 
3. Los procedimientos que realizamos porque sí, porque así se ha hecho siempre y
se siguen haciendo sin evaluar los resultados que producen o diseñar planes de
mejora.
 
Excelente llamada de atención al respecto es la que
realiza Abraham Palmbach en su post 
There May be Zombies in Your Hospital.
Creo
que la vacuna para evitar el contagio de este “virus” está ya presente en el
entusiasmo y compromiso que demuestra día a día la profesión sanitaria, de la
que nuestros centros de trabajo y la misma internet están plagados de ejemplos.

 

Y
si algún día en un pasillo de tu centro, te encuentras con alguien tambaleante,
de ojos perdidos, que gruñe y balbucea mientras extiende los brazos hacia ti….. Recuerda, no le agredas. 
 
No es más que una persona que necesita tu ayuda 😉
 
Jose Sesmero