Amigos:


Esta semana me gustaría compartir con ustedes el extracto de una historia que una psicóloga muy conocida en Chile escribió hace un tiempo atrás, su nombre es Pilar Sordo.


“ Veo a una familia maravillosa preocuparse por el peinado de su madre que esta en coma profundo, para que en el momento de su partida se vea hermosa.


Veo gente recuperarse, con sonrisas y esperanzas como si hubieran vivido una pesadilla de la cual se borran con el tiempo muchos recuerdos.


Veo tubos, ventiladores mecánicos, muchas máquinas, remedios y sondas por montones para distintos fines los cuales empiezo a entender de a poco.


Veo y converso con muchas personas que tienen a sus seres queridos inconscientes, hablarles, tocarlos convencidos y a mi juicio con razón que ellos perciben el amor, si en verdad nunca el alma ha estado enferma.


Observo enfermeras, auxiliares de aseo, de alimentación, doctores, auxiliares de enfermería dar animo aún cuando a veces no hay mucho que esperar.


Recepcionistas, que reciben todo el día la angustia de todos los que estamos ahí y que además debemos reconocer que les damos el trato y cariño que merecen.


Ustedes se preguntaran desde donde hablo, lo hago desde la UCI, que se llama UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS pero por lo observado durante estos días dentro claramente debiera llamarse UNIDAD DE CARIÑO INCONDICIONAL.”

En la antigüedad los nombres escogidos marcaban a las personas por el significado de este, hoy tenemos la posibilidad de “re-bautizarnos” y hacer de algo “crítico” una instancia de “Cariño Incondicional”.



Verónica Rojas